miércoles, 15 de agosto de 2012

Abuso de Narcóticos: La Heroína

Peligros para la salud
El abuso de la heroína está asociado con consecuencias graves para la salud, incluyendo sobredosis mortal, aborto espontáneo, colapso de las venas y, particularmente en el caso de los usuarios que se la inyectan, enfermedades infecciosas incluyendo el VIH/SIDA y la hepatitis.

Los efectos a corto plazo del abuso de la heroína aparecen poco después de la primera dosis y desaparecen en pocas horas. Después de una inyección de heroína, el usuario dice sentir un brote de euforia acompañado por un cálido enrojecimiento de la piel, sequedad bucal y pesadez en las extremidades. Después de esta euforia inicial, el usuario pasa a una sensación de estar volando,  un estado en que se alterna entre estar completamente despierto y el sopor. Las facultades mentales se turban debido a la depresión del sistema nervioso central. Los efectos a largo plazo de la heroína aparecen después de haber usado la droga repetidamente por algún período de tiempo. Los usuarios crónicos pueden sufrir colapso de las venas, infección del endocardio y de las válvulas del corazón, abscesos, celulitis y enfermedades del hígado. Pueden haber complicaciones pulmonares que incluyen varios tipos de neumonía como resultado del mal estado de salud del toxicómano, así como por los efectos depresores de la heroína sobre la respiración.

Además de los efectos de la droga en sí, la heroína que se vende en la calle puede tener aditivos que no se disuelven fácilmente y que resultan en una obstrucción en los vasos sanguíneos que van a los pulmones, al hígado, a los riñones o al cerebro. Esto puede causar infección o hasta la muerte de pequeños grupos de células en estos órganos vitales.








La tolerancia, la adicción y la abstinencia
El uso regular de la heroína produce tolerancia a la droga, lo que significa que el usuario tiene que usar una mayor cantidad de heroína para obtener la misma intensidad del efecto. Este uso de dosis más altas lleva, con el tiempo, a la dependencia física y a la adicción. Con la dependencia física, el cuerpo se adapta a la presencia de la droga y puede sufrir los síntomas del síndrome de abstinencia si el uso se reduce o se descontinúa.
El síndrome de abstinencia, que en los abusadores habituales puede ocurrir tan rápido como a las pocas horas de la última administración de la droga, entre otros síntomas, provoca un deseo vehemente de usar heroína, además de agitación, dolores en los músculos y en los huesos, insomnio, diarrea y vómito, escalofríos con piel de gallina ("cold turkey" o "romper en frío"), y movimientos en forma de patadas ("kicking the habit", que literalmente significa "pateando al hábito"). Los principales síntomas de este síndrome alcanzan su punto máximo entre las 48 y 72 horas después de la última dosis y se calman después de aproximadamente una semana. A pesar de que el síndrome de abstinencia de la heroína se considera menos peligroso que el del alcohol o el de los barbitúricos, ocasionalmente puede ser mortal cuando un toxicómano con una dependencia fuerte a la droga y en mal estado de salud la deja abruptamente. 

Como afecta el abuso de la heroína en el embarazo?
El abuso de heroína durante el embarazo, conjuntamente con los muchos factores ambientales asociados ha sido vinculado a complicaciones adversas, incluyendo un bajo peso del bebé al nacer, lo que constituye un factor de riesgo importante para retrasos futuros en su desarrollo. El mantenimiento con metadona, en combinación con cuidados prenatales y un programa de tratamiento integral para el abuso de drogas, puede aminorar muchas de las consecuencias negativas, tanto en la madre como en el recién nacido, que suelen estar asociadas con el abuso de la heroína en las mujeres que no reciben tratamiento. No obstante, los bebés expuestos a la metadona en el embarazo generalmente requieren tratamiento para los síntomas del síndrome de abstinencia. 

Síndrome de abstinencia a la heroína
El síndrome de abstinencia de la heroína, conocido comúnmente como mono, es uno de los más fuertes entre las drogas de abuso.
Se localiza tanto a nivel físico como psicológico, siendo el primero el que provoca el cuadro más aparatoso.
Suele comenzar con moqueo, lagrimeo, calambres y dolores musculares, síntomas similares a una gripe, acompañado de una fuerte ansiedad, seguido de diarrea y vómitos. El cuadro se va agudizando según pasan las horas y puede acompañarse de convulsiones y alucinaciones.
Suele remitir a nivel físico entre el 4º y el 5º día. A nivel psicológico se extiende mucho más en el tiempo dependiendo del individuo.




                                                                                                               
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                                                                                                              Constanza Ceballos M.

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