jueves, 16 de agosto de 2012

Abuso de la morfina como farmaco



Primero que todo hay que entender que es la morfina y para que se usa, lmorfina es una potente droga opiácea usada frecuentemente en medicina como analgésico. Esta fue bautizada así por el farmacéutico alemán Friedrich Adam Sertürner en honor a Morfeo, el dios griego de los sueños.



La primera diferencia entre una droga y un fármaco es el uso que se hace de la sustancia, por ejemplo, la morfina es un fármaco utilizado para calmar el dolor del cáncer. Cuando desaparece el dolor, el enfermo no precisa más morfina y no sufre síndrome de abstinencia. Además, cuando se administra en forma de medicamento oral, para liberarse de forma retardada, tiene poco atractivo.
El efecto habitual de la morfina es la sedación. Igualmente, y sobre todo en modos de uso recreativo, se dice que la primera inyección de morfina está caracterizada por un fuerte vértigo y náuseas, aunque se tolera rápidamente. En relación con los demás opiáceos, la morfina es una droga poco común en espacios de recreación, dados sus efectos, de fuerte acaloramiento y sopor.
Como efectos secundarios, el consumo de morfina puede generar dependencia física y dependencia psicológica. Algunos de los efectos pueden ser depresión respiratoria, fallas renales, somnolencia y disminución del deseo sexual.

¿Como afecta al embarazo?
No debe utilizarse durante el embarazo a menos que sea estrictamente necesario y se cuente 
con medios para el manejo del parto y atención perinatal de recién nacidos opiáceodependiente. 
La morfina intravenosa puede reducir la fuerza, duración y frecuencia de las contracciones 
intrauterinas lo que resulta en una prolongación del parto. 
La morfina atraviesa la placenta y puede ocasionar depresión respiratoria del neonato, por lo 
que debe tenerse disponible equipo de resucitación y naloxona para revertir la depresión 
respiratoria inducida por el narcótico en el neonato. 
Puede producirse dependencia física en el feto, lo que ocasiona síntomas de abstinencia en 
el neonato tales como irritabilidad, convulsiones, llanto excesivo, hiperreflexia, fiebre, 
vómitos, temblores, incremento de las heces y diarrea. 

Dependencia y tolerancia:  La administración repetida de morfina puede  producir dependencia  y tolerancia que se caracteriza por:
  • La administración repetida de morfina puede  producir dependencia  y tolerancia que se caracteriza por la necesidad de aumentar  progresivamente la dosis, con dependencia psíquica y física.  
  • Existe dependencia y tolerancia cruzada entre opiáceos que actúen en los mismos receptores del dolor. 
  • La dependencia suele ocurrir después de 1 a 2 semanas de administrar dosis terapéuticas, aunque puede presentarse a los 2 o 3 días. 
  • La interrupción de su administración.


Síndrome de abstinencia: Puede presentarse síndrome de abstinencia al suspender bruscamente el tratamiento y también después de la administración de un antagonista opiáceo (naloxona) o de un agonista/antagonista (pentazocina) a pacientes con dependencia a opiáceos. 
Este síndrome está caracterizado por bostezos, lagrimeo, rinorrea, sudoración, midriasis, 
temblor, anorexia, inquietud, vómito, fiebre, hipernea, hipertensión arterial y diarrea.  

Sobredosis:  La sobredosis con morfina se caracteriza por depresión respiratoria con o sin depresión del sistema nervioso central. 
Otros síntomas son somnolencia, hipotensión, bradicardia, fallo circulatorio, flacidez muscular, debilidad severa, nerviosismos,  confusión, mareos severos, alucinaciones, convulsiones. 
El edema pulmonar es causa frecuente de muerte por sobredosis en adictos. 
El tratamiento primario debe ser restablecer  la vía aérea y ventilación.  Deben emplearse medidas de soporte en el manejo del shock  circulatorio y edema pulmonar. En caso de arritmias y fallo cardíaco pueden ser necesarios la desfibrilación y el masaje cardíaco.




Gisselle Castillo





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